Hace ya muchos años, más de diez,
en una clase de psicología educativa al intentar titularme con una tesis sobre
comprensión de textos, al ver el tema sobre cómo al procesar textos el cerebro
intenta encontrar coherencia y extraer un significado global aun cuando hay un
caos en la presentación del texto; leí algo que en ese momento no le di mucha
importancia pero que me di cuenta que
con el tiempo se recrearía una y otra vez en mi mente. Era un texto bastante
raro y curioso que nos dio la profesora y que después de tanto tiempo, que para
mí ha sido como un abrir y cerrar de ojos, vuelvo a leerlo y se llama “Por
escrito gallina una”, el autor es Julio Cortázar:
“CUENTOS- Por escrito gallina una. Julio
Cortázar
Con lo que pasa es nosotras exultantes. Rápidamente del posesionadas
mundo estamos hurra. Era un inofensivo aparentemente cohete lanzado Cañaveral
americano Cabo por los desde. Razones se desconocidas por órbita de la desvió,
y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvió a. Cresta nos cayó
en la paf, y mutación golpe entramos de. Rápidamente la multiplicar aprendiendo
de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, química
menos un poco, desastre ahora hasta deportes, no importa pero: de será gallinas
cosmos el, carajo qué.”
Este relato raro y loco después
de muchos años me guío a terminar de leer la semana pasada por primer vez un libro de este autor “La isla a medio día y
otros relatos”. Hasta la fecha no había vuelto a leer algo tan raro hasta que
volví a leer relatos de Julio Cortázar. Y me doy cuenta que no es un autor cuya
esencia se capte en un solo libro ya que metiéndome un poco su trayectoria fue
alguien sumamente activo en las letras escribiendo cuentos, relatos, novelas,
letras de música, guiones para películas, traducciones…
Al terminar este libro y después
de todo este tiempo me doy cuenta que efectivamente por algo pasan las cosas,
finalmente no terminé esa tesis sobre comprensión de textos y después de muchas
peripecias terminé viviendo casi un cuento de Julio Cortázar, mismo que me
ayudó a tener la flexibilidad para ver hoy en día de forma muy distinta el
mundo y a mí mismo.
Atreverme a releer el relato de
las gallinas y el libro me hizo felicitarme a mí mismo por este acto de
valentía y tolerancia del que ahora fui capaz, casi como haber escuchado a un
esquizofrénico y después me preguntaran
¿Entendiste? Y curiosamente en vez de quedar molesto (cosa que hace diez años
no hubiese tolerado) no poder evitar
soltar una carcajada y preguntarme a mí mismo ¿quién habrá estado más loco, él
al escribir esto o yo al leerlo? ¿Y si en verdad las cosas no son como nos han
dicho que son?
Les recomiendo este libro y al
autor, sobre todo si están buscando el reto de romper paradigmas, de atreverse
a mirar orden en el desorden y desorden en el orden. Pero sobre todo si lo que
quieren es alegrarse por el simple hecho de estar vivos, de aprender a
flexibilizarse y ser tolerantes.
Les mando un abrazo enorme y muy
buenas vibras.
Recuerden ser felices y sembrar
un árbol.