Les recomiendo el libro “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz. Es un libro que hace un análisis de la forma de ser de los mexicanos, explica el por qué de nuestra actitud ante la vida, el por qué vamos reproduciendo tipos de pensamientos a veces pesimistas, con falta de autoestima, y el por qué respondemos ante los retos como si nosotros mismos anuláramos nuestras capacidades. Pero el libro no sólo queda en análisis, y quizá es la parte más interesante y motivadora que muestra también el gran reto que tenemos como mexicanos, pero también muestra el cómo podemos ir cambiando todas esas situaciones negativas y formarnos como individuos plenos, y también como una nación que encuentra su lugar en el mundo, sin andar copiando modelos de otros países. Es un libro para el que se necesita ya un bagaje de conocimientos y que yo lo recomendaría para jóvenes, pero leyéndolo con la guía de alguien más. Igual para las personas que no son de México pudiese llegar a parecerles aburrido y sin sentido, y eso ocurre ya que es un libro pensado para una realidad mexicana, sin embargo para quienes no son mexicanos el libro tiene su utilidad en la parte de cómo mediante la propia reflexión de la realidad de cada nación se puede llegar a superar las cosas que van deteniendo un proceso de desarrollo.
De repente se vuelve algo tedioso por su lenguaje medio rebuscado y por querer emular los textos psicoanalíticos y el estilo medio francés de Lacan pero no haciendo mucho caso a eso es algo en verdad monumental, y es que dice “algo que no se analiza, que no se observa, tampoco puede cambiarse porque escapa a nuestra vista, se vuelve algo tan común y familiar”. Hace un análisis del por qué los mexicanos somos como somos, llenos de miedos, de complejos, de inseguridades, por qué mientras el mundo sigue su ritmo histórico, la nuestra parece una realidad ajena al mundo, donde no nos sentimos parte de él. Y comienza a hacer un análisis desde la cuestión que le dio origen a México que él menciona que fue decisivo para el cómo somos ahora y que tiene que ver con la conquista. Y hace un recorrido por todos los momentos clave de la Historia de México, pero no se queda sólo en el análisis de todo lo negativo, sino que hace la propuesta de cómo vamos a liberarnos de todo eso y encontrar nuestra propia identidad y vamos a saber cuál es nuestra misión en este mundo como país y como seres individuales, y tiene que ver con dejar de copiar, de imitar, y vernos a nosotros mismos, ver nuestras necesidades y retornar hacia nosotros mismos. Menciona que el único momento histórico en que hemos hecho algo así fue en el movimiento de la revolución donde no se copiaron ni modelos franceses ni gringos, sino ahí era un reclamo que surgía del propio pueblo y al que ya luego no se tuvo control y la gente iba y peleaba pero por el hambre, por la falta de justicia que se vivía, por el hartazgo, sin tener conciencia de si iba a darse origen en una república democrática ni nada, era sólo la gente movida por lo más elemental “sus necesidades”. Que ya después ese movimiento fuera traicionado y cayera en manos de una nueva burguesía política que disfrazara el movimiento revolucionario para ver por sus propios intereses, pero ese momento histórico de México intentando tomar las riendas de su propio destino lo menciona como inédito, y que fue antes que la revolución Rusa y cualquier otra revolución moderna. Y bueno aún más específicamente él identifica al movimiento de Zapata como el más auténtico, ya que no buscaba que ese movimiento revolucionario hiciera de México algo que no es y para lo que no está preparado y que en ese momento no era su necesidad, sino simplemente retornar a su origen, a su reclamo más básico de necesidad de tierras, necesidad de retornar al sistema comunal que ya antes y por miles de años había servido para nuestra realidad, y que sin embargo tomó la forma de gobiernos nada originales, que lejos de ver el reclamo y necesidad original se pusieron a trabajar en un México que no es auténtico, y por eso hoy en día vemos lo que vemos de un país sin rumbo y que aún sigue imitando y buscando cuál es su lugar en este mundo, y se habla de competir internacionalmente, cuando aún no estamos preparados para eso porque aún no sanan heridas que llevamos abiertas. Al final el libro lo deja a uno con la sensación de decir “ah entonces todo esto tiene remedio y en este proceso de búsqueda de salir del laberinto de la soledad yo soy parte fundamental”.
Aunque cabe decir algo y que es muy cierto, al leerlo se debe tener en cuenta que es sólo un “ensayo”. Porque luego las palabras de Paz se toman como una etiqueta de verdad, y no, esa sólo es la visión de Paz sobre los mexicanos. Vale la pena el libro como un ejercicio de autoanálisi, y máxime teniendo en cuenta que su autor es nuestro único Premio Nobel de Literatura mexicano.
Les mando muy buenas vibras a todos, cuídense mucho y sean muy felices.
Atte. Gerardo
