martes, 25 de febrero de 2014

Las lecciones que nos da la vida

Hace ya muchos años, más de diez, en una clase de psicología educativa al intentar titularme con una tesis sobre comprensión de textos, al ver el tema sobre cómo al procesar textos el cerebro intenta encontrar coherencia y extraer un significado global aun cuando hay un caos en la presentación del texto; leí algo que en ese momento no le di mucha importancia  pero que me di cuenta que con el tiempo se recrearía una y otra vez en mi mente. Era un texto bastante raro y curioso que nos dio la profesora y que después de tanto tiempo, que para mí ha sido como un abrir y cerrar de ojos, vuelvo a leerlo y se llama “Por escrito gallina una”, el autor es Julio Cortázar:

CUENTOS- Por escrito gallina una. Julio Cortázar
Con lo que pasa es nosotras exultantes. Rápidamente del posesionadas mundo estamos hurra. Era un inofensivo aparentemente cohete lanzado Cañaveral americano Cabo por los desde. Razones se desconocidas por órbita de la desvió, y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvió a. Cresta nos cayó en la paf, y mutación golpe entramos de. Rápidamente la multiplicar aprendiendo de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, química menos un poco, desastre ahora hasta deportes, no importa pero: de será gallinas cosmos el, carajo qué.”


Este relato raro y loco después de muchos años me guío a terminar de leer la semana pasada por primer vez un  libro de este autor “La isla a medio día y otros relatos”. Hasta la fecha no había vuelto a leer algo tan raro hasta que volví a leer relatos de Julio Cortázar. Y me doy cuenta que no es un autor cuya esencia se capte en un solo libro ya que metiéndome un poco su trayectoria fue alguien sumamente activo en las letras escribiendo cuentos, relatos, novelas, letras de música, guiones para películas, traducciones…

Al terminar este libro y después de todo este tiempo me doy cuenta que efectivamente por algo pasan las cosas, finalmente no terminé esa tesis sobre comprensión de textos y después de muchas peripecias terminé viviendo casi un cuento de Julio Cortázar, mismo que me ayudó a tener la flexibilidad para ver hoy en día de forma muy distinta el mundo  y a mí mismo.

Atreverme a releer el relato de las gallinas y el libro me hizo felicitarme a mí mismo por este acto de valentía y tolerancia del que ahora fui capaz, casi como haber escuchado a un esquizofrénico y  después me preguntaran ¿Entendiste? Y curiosamente en vez de quedar molesto (cosa que hace diez años no hubiese tolerado)  no poder evitar soltar una carcajada y preguntarme a mí mismo ¿quién habrá estado más loco, él al escribir esto o yo al leerlo? ¿Y si en verdad las cosas no son como nos han dicho que son?

Les recomiendo este libro y al autor, sobre todo si están buscando el reto de romper paradigmas, de atreverse a mirar orden en el desorden y desorden en el orden. Pero sobre todo si lo que quieren es alegrarse por el simple hecho de estar vivos, de aprender a flexibilizarse y ser tolerantes.

Les mando un abrazo enorme y muy buenas vibras.


Recuerden ser felices y sembrar un árbol.

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